VIOLENCIA

La violencia nunca gana.

A veces confundimos "ganar" y "competir". Esto es habitual en el fútbol profesional y lo trasladamos al fútbol base. Claro que competimos para ganar, pero no para ganar a cualquier precio y como único objetivo.

El juego limpio en el fútbol es el reflejo de la nobleza, lealtad y respeto a los que lo practican. Los espectadores, los padres y madres, somos el modelo de juego limpio para nuestros hijos e hijas que juegan al fútbol.

Hay muchas razones para animar, competir y ganar, pero ninguna para la violencia en cualquiera de sus expresiones.

FELICIDAD

Jugando al fútbol ganas felicidad.

La felicidad es un concepto que debe ir siempre emparejado al concepto jugar. Disfrutamos jugando al fútbol. Felicidad es deportividad, es optimismo, un comportamiento, un modo de pensar y una actitud vital para una sociedad que quiere y debe convivir y crecer en positivo. Solo hace falta ver lo positivo que tiene cada momento, cada jugada, cada partido, donde perder o ganar solo es una parte más del juego. Nos proponemos un reto: debemos ser felices en la derrota, debemos de ser capaces de ver lo que estamos ganando cuando perdemos un partido. Ganamos diversión, ganamos felicidad, hemos disfrutado del compañerismo y de la rivalidad, somos mejores tras la derrota, aprenderemos de ella.

AMISTAD

Jugando al fútbol ganamos amigos

El fútbol es un excelente espacio de socialización y de relación que nos ayuda a ser mejor personas. En el futbol sin los demás, sin nuestro equipo, sin el equipo rival nuestro hijo/a no podría disfrutar ni aprender. Todos son necesarios.

Hacemos amigos jugando al futbol, porque compartimos muchos momentos y lo hacemos con empatía, con pequeños gestos que trasladan a los otros nuestras emociones en positivo. Cuando ganamos o cuando perdemos, cuando caemos o cuando metemos un gol, cuando fallamos … siempre tenemos un amigo que nos apoya. Eso es el equipo, un grupo de amigos que compite con otro grupo de amigos. En el fútbol Si tú ganas, yo gano, si yo gano tú ganas. Ganamos todos. Cuando ganas admiración y respeto ganas amigos para toda la vida

INCLUSIÓN

Jugando al fútbol gana la inclusión

El fútbol es de todos y para todos, por eso brilla tanto el buen juego como el compromiso. Porque no es solo un entretenimiento o pasión por unos colores sino también una oportunidad única para la inclusión.

FAMILIA

Jugando al fútbol ganas una gran familia

El fútbol se juega y disfruta en familia. Los campos de fútbol son un lugar de encuentro, tanto en situaciones de entrenamiento como de competición, para disfrutarlo en familia. Cada uno de nosotros tiene su papel, el educador- entrenador en el campo, y los padres y madres en la grada, compartiendo estos momentos con otras familias, las de su equipo y las del equipo contrario.
Ser padre o madre no es ser entrenador de fútbol. Es mucho más. Ser padre y madre en el fútbol es confiar y apoyar al entrenador y saber colocarse “un metro atrás” en el campo para que tu hijo e hija sienta el apoyo de su familia, pero no su presión o intromisión.
Haciendo deporte en familia siempre se gana, se gana deporte y se gana familia. Jugando al fútbol mi familia gana y si nuestros hijos se divierten y educan nosotros ganamos.
El futbol es una gran familia

IGUALDAD

Jugando al fútbol gana la igualdad

La igualdad social es un valor fundamental para una sociedad mejor, con más justicia, más cohesión y que colabora en el desarrollo sostenible de nuestra comunidad.

La igualdad de trato y de oportunidades en referencia al género, las competencias, capacidades y la procedencia. En el fútbol, como reflejo de nuestra sociedad debemos ganar la igualdad de trato y de oportunidades. Igualdad en el tipo de campo, en horas de entrenamiento, en apoyo, en liderazgo, etc.

El futbol es una gran familia

CONVIVENCIA

Jugando al fútbol gana la convivencia

Convivimos jugando al fútbol. Convivimos ganando y convivimos perdiendo. Para convivir en plenitud establecemos unas normas que todos cumplimos y es el árbitro o la árbitra la persona que las regula en el campo de fútbol.

El respeto a mí mismo, a los demás y la tolerancia es la clave de la convivencia. En muchas ocasiones se aprende más perdiendo que ganando, depende de cómo exprese mis sentimientos a los demás y de cómo respete los suyos. Por eso, a veces, perder es ganar, a veces se gana perdiendo.

Educar en convivencia es vivir conviviendo en familia. La Tolerancia y el respeto empiezan en casa.

SALUD

Jugando al fútbol ganas salud

El fútbol es saludable y una parte importante del empleo del ocio y tiempo libre de nuestros hijos e hijas. Les permite configurar y mejorar sus hábitos de salud, desarrollarse íntegramente e interactuar socialmente. El fútbol colabora en su educación bio-psico-social. Las pequeñas conductas que de manera habitual se desarrollan desde el deporte en referencia a la alimentación saludable, la seguridad, el no uso de sustancias prohibidas, las relaciones sociales con sus amigos, el control emocional, etc. van ayudando a que esos hábitos se trasladen a otros espacios de la vida de manera permanente.

Jugando al fútbol ganamos salud. Vive sano, juega limpio

GANADORES/AS

Jugando al fútbol ganas valores para toda la vida

Los menores tienen derechos a ser educados con valores de paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad, solidaridad y todos los principios que hacen posible la convivencia democrática. En y desde el fútbol todos somos responsables de ello, especialmente sus padres y madres.

Nuestros hijos e hijas van haciendo suyos los valores de sus educadores, de sus modelos de referencia. Lo hacen desde las conductas y actitudes especialmente de su padre y su madre y como no, de su entrenador o entrenadora.

Educar ganadores para la vida es nuestro mayor reto

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